viernes, 8 de diciembre de 2017

Foz de Iguazú y el Parque de las Aves

Fines de mayo, 2017.

Se acabaron los días de descanso, era paradójico pensar esto cuando íbamos a entrar a Brasil, el cuarto país de este pequeño viaje. Cuando uno piensa en Brasil, se imagina playas y carnaval, las dos veces que había recorrido el país fue para el lado de Recife y Salvador y acá uno se olvida que Brasil es el quinto país más grande del mundo. Era momento de entrar, pero por el sur, con ese Brasil que sale de la postal, una zona de por si más industrializada, donde la selva paranaerense se funde con los gauchos, pero vamos por parte.

Bem-vindo a Brazil :D

Cruzamos desde Puerto Iguazú hacia Foz de Iguazú por el Puente Tancredo Neves. El trámite es breve en Aduanas, solo llenar unas formas y listo. Lo especial, es que como son ciudades fronterizas, uno debe "solicitar" las formas, porque tienes permitido moverte a ambos lados de la frontera, por un radio de 30 kilómetros de Foz de Iguazú, pero si te alejarás más, debes pedir estos documentos para "entrar oficialmente a Brasil. Les explico en español: si vas desde Puerto Iguazú a Foz, y te quedas en Foz, no hay que hacer más que mostrar tus documentos de identidad en la aduana y decir que no saldrás de la ciudad, ahora bien, si quieres seguir de largo a otra ciudad, debes pedir las formas para llenar, avisando que saldrás del radio de Foz. Nadie te seguirá si no llenas los papeles, pero podrías tener problemas para salir del país por otro paso fronterizo. Para nosotros los chilenos es extraño este proceso, porque no tenemos ciudades fronterizas, pero es más común de lo que uno cree, en países que solo están separados por una calle, o un puente. Sería utópico cruzar las fronteras del mundo por pasos sin que te pidan documentos, quizás un mundo futuro.

Foz de Iguazú es la ciudad más grande de las que conforman la Triple Frontera. Tiene bastantes más edificios que sus vecinas y se ve más inversión del país brasileño en su infraestructura, en comparación a su vecina del lado argentino. Nos dirigimos a una boletería de buses, para comprar un ticket rumbo a Bombhinas, como nos había sugerido Oscar. Encontramos un ticket bien de noche, entonces nos daba todo un día para recorrer "Boca de Iguazú", como sonaría traducida la ciudad al español.

Lo primero fue irnos al terminal de micros, llamado Taxi Terminal de Trasporte Urbano. Ahí salen las micros locales que recorren la ciudad, pero también sale una micro que te lleva al Parque do Iguazú, del lado brasileño. Dejamos nuestras mochilas en una custodia y partimos a esperar la micro. Luego de 40 minutos, previa parada en el aeropuerto, nos internamos nuevamente en la Selva Paranaense y volvíamos a las Cataratas del Iguazú, pero ahora pronunciado en portugués.

El ingreso al parque por el lado brasileño
En la entrada del Parque, existe una gran recepción, donde hay servicios básicos y la boletería. La entrada sale 60 reales, los del Mercosur pagan menos, pero los chilenos nuevamente nos vemos excluidos de estos tratados, parece que ahora si somos los vecinos pesados del barrio, debemos pagar el precio mencionado. Fuera que mal o bien, cancelamos el precio, que haciendo el cambio es bastante similar entre el lado argentino y el brasileño. Ahora bien, esto tendría sentido pues veremos las cataratas del lado contrario a como las vimos el día anterior, acá viene el detalles: el costado brasileño de las cataratas es bastante menor que el lado argentino y se puede recorrer fácilmente en un par de horas. Quizás la única gran diferencia, es el ingreso, con un tren por el lado argentino y ahora por un bus de esos turísticos descapotables típico de las grandes ciudades, por el lado brasileño. Luego de unos 15 minutos avanzando, nos detuvimos en una gran explanada, donde teníamos balcón a las cataratas. La gran ventaja del lado brasileño es que su pequeña mitad de las cataratas, permiten "adentrarse" bajo la garganta del diablo, no directamente, pero dan un matiz más majestuoso e imponente de la maravilla natural, en pocas palabras, es menos, pero se ve mejor.




Como nos quedaban un par de horas, decidimos volver a la entrada de las cataratas para luego cruzar la calle, rumbo al Parque de las Aves. Fuimos con muy pocas expectativas a este lugar, pero es infinitamente mejor que el panorama de los dos parques, omitiendo la catarata, obviamente. El Parque das Aves es un centro, internacionalmente reconocido, por la preservación y recuperación de especies protegidas, y lamentablemente, utilizadas en el contrabando de animales exóticos. Es un lugar muy acogedor, muy bien señalizado y que permite recorrer tranquilamente en un circuito, un amplio terreno donde puedes compartir con el hábitat de las aves. Ojo, que no son los únicos residentes del lugar, pues también hay diferentes especies de lagartos y hasta un par de boas constrictoras y pitones, que algunas gentilmente posaron para las fotografías.

Sesión, Parque de las fotogénicas aves
















Lamentablemente se nos iba el tiempo, pero fue lo suficiente, el parque Iguazú y el Parque de las Aves, por el lado brasileño, se recorre fácil en un día. Hay más panoramas en la zona, como la inmensa Represa Itapú, pero queríamos irnos a la costa. Entonces teníamos ticket en el bus, pero debimos movernos a otro terminal, este para el transporte interurbano. Por fin aparecían los terminales de buses que se parecen a terminales de buses. Tomamos uno que se desplazaría entre Iguazú y Curitiba, para luego dirigirse cerca de Florianopolis, hasta el próximo destino, Bombinhas. Serían varias horas de trayecto, habían ansias por llegar luego, en un bus que se detuvo por toda la costa del estado de Santa Catarina. Sabíamos que Bombinhas es un lugar para descansar, pero eso queda para otro capitulo.

Se nos venían 1.000 kms en bus.


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Puerto Iguazú <<< Foz de Iguazú >>> Bombinhas y dias off

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