domingo, 25 de enero de 2015

Estambul, Bizancio, Constantinopla. (II parte)

Agosto, 2014.


Ya era el tercer día en Estambul y los primeros dos había cumplido altamente nuestras expectativas. Habíamos recorrido todos los lugares que nos interesaba conocer, así que los planes se relajaban para los siguientes días.
Santa Sofía


Cristianos y Musulmanes juntos
Solo nos quedaba pendiente la visita a Santa Sofía, que programamos para ese día, situada al frente de la Mezquita Azul. En verdad nos llevamos muchas sorpresas de Santa Sofía, primero que todo, no teníamos idea de que ya no era una mezquita, sino que era un museo desde hacía más de 70 años y que en los mapas turcos lo encontrarás como Hagia Sophia. Cuando por la década del 1930 Turquía se convirtió en un estado laico y le quitó el rigor religioso que tienen los otros países del medio oriente, hicieron este cambio. Bueno, fuera de eso, la construcción es increíble, nuevamente el arte Bizantino se hace presente, llenando el lugar de mosaicos típicos de la arquitectura del Imperio Romano de Oriente. Construida por el año 500, siendo en verdad una reconstrucción de otro antiguo templo fundado en los albores de la era cristiana, funcionó como iglesia cristiana hasta el gran cisma, luego como iglesia ortodoxa hasta por el año 1500. Después cuando llegaron los Otomanos y la convirtieron en un lugar de rito musulmán y como ya saben, en el 1930 la pasaron a ser museo. Al ingresar, nos dimos cuenta de que se trataba de una construcción enorme, simple en su disposición, con una gran explanada y solamente un segundo piso que funcionaba como balcón interior. Algo deteriorado... digamos la verdad, muy deteriorado, quizás esto desilusionó un poco, ya que muchos murales estaban severamente desgastados por los cientos de años de antigüedad de la construcción. El lugar pide a gritos una restauración, que justamente estaba siendo realizada y que coincidió con nuestra visita y que se siente que durará varios años. Cuando recorrer monumentos con miles de años de historia corres siempre el riesgo de encontrártelos en restauración, en algunos lugares puedes hacer el intento de averiguar si esto va a ocurrir, en otros lugares es imposible, como la Acrópolis de Atenas y su restauración que se remonta a la década de los 80.  En fin, esto no nos desanimó para nada y aprovechamos de buscar muchas curiosidades que tiene escondido este museo y que han sido descubiertas por los investigadores en las reconstrucciones, como imágenes de la Virgen María ocultadas por los musulmanes detrás de sus enormes escudos redondos con inscripciones árabes. También están los restos del Mosaico del Cristo Pantocrator, que es la primera imagen de Cristo que todos conocemos en el mundo occidental y por último como el hecho más anecdótico, dentro del museo, que fue mezquita, que fue iglesia ortodoxa e iglesia cristiana en sus inicios, podemos encontrar unas runas vikingas de épocas difícil de calcular, aunque según un articulo que recuerdo, fueron hechas antes de la llegada de los musulmanes, o sea, tienen más de 1000 años. Para más remate, se comenta que las runas dicen algo así como "Halfdan estuvo aquí". Es complejo analizar el arte del Islam, considerando su iconoclastía, o en español, su prohibición de hacer imágenes para representar la religión, si en el Vaticano encontramos una perfecta Capilla Sixtina donde el más mínimo detalle está plasmado en sus frescos, en una mezquita del mundo musulmán encontraremos la caligrafía en su máxima expresión, dando un aspecto uniforme y abstracto de representar el arte. Santa Sofia, que agrupa varias religiones en las mismas paredes, es una buena muestra para encontrar estas diferencias y poder entender un poco del arte musulmán.

Candelabros enormes

Cristo Pantocrator
Runas Vikingas
La mitad sin restaurar, la otra, llena de andamios


Rehabilitado
Luego de salir de Santa Sofia, nos dedicamos a recorrer la ciudad sin mucho mapa, solamente paramos a comer en el mismo lugar del día anterior, para atacar el estofado de cordero que mencioné en el otro capitulo. Ya en la tarde noche pasamos fuera del Hamam de Cemberlitas, conocido baño Turco de la ciudad con más de 500 años de antigüedad y si estábamos en Turquía... ¿Por qué no animarse a un baño turco?. Fue una buena desición, una especie de paliza, en unas piedras de mármol gigantes donde los vapores emergen para exfoliar toda la piel al más antiguo estilo turco. Está demás señalar que es el más turístico baño turco, por ende es el más caro, es mixto pero las salas de mujeres y hombres están separadas Como teníamos poco tiempo en la ciudad, decidimos entrar a disfrutar de este baño turco. Una experiencia genial de cerca de dos horas que incluida en baño, un masaje descontracturante, que realmente se sintió una paliza de proporciones y finalmente los vapores a altas temperaturas junto a baldazos de agua fría otorgados por unos hombres encargados de hacer los baños adentro, que no tenían mucha delicadeza en lanzarte en agua sin avisar, a veces los veías pasar delante tuyo y lanzaban el agua, te ahogabas al mismo momento que te sorprendía el baldazo, como si estuviéramos jugando con los amigos del barrio a una guerra de agua. Resultaba tragicómico salir del lugar tan relajado y aporreado a la vez, el masaje era clave, apretaban unas zonas nerviosas que aun dudo de su eficiencia, aunque en el momento fue un suplicio, al rato se sentía una especie de relajo muscular que nunca había sentido, el baño cumplía su objetivo.

Ya era de noche, nos animamos a una vuelta en barco por el Bósforo, pasando por debajo de los dos puentes que conectan la parte asiática de la ciudad con la parte europea. Estambul es maravilloso, nos lamentábamos de que al día siguiente nos teníamos que marchar, era el plan del viaje. Debajo del puente Gálata aprovechamos de atacar los últimos restos de la gastronomía turca que nos dejó maravillados, como esos postres llamados Baklava.

Una de las miles de mezquitas, desde el Bosforo
Puente transcontinental
Medusa
El último día lo comenzamos temprano con la Basílicas Cisternas, un circuito subterráneo que inicialmente tuvo por objetivo traer aguas de los bosques al norte de Estambul. La gracia de la construcción es que tiene cerca de 1500 años, de la época de Justiniano, por el año 500. Usada por los Bizantinos durante toda la extensión del imperio, hasta que los otomanos las dejaron de usar pues no les gustaba el agua almacenada, fueron ocultadas, cerradas y olvidadas durante cientos de años, hasta que en el siglo XX se volvieron a abrir, luego de retirar 5.000 toneladas de barro, para su uso turístico. Dentro de las decenas de pilares, destacan dos al fondo de las cisternas, que tienen las cabezas de Medusa, claramente dadas vueltas, para no quedar convertidos en piedra, como señala el mito.


Las cisternas

Nos salimos de las cisternas y nos fuimos al bazar a comprar y arrasar, dos maletas de unos 20 litros pues el pasaje de vuelta a Sudamérica nos daba esta oportunidad. Se fue a la maleta en una tarde todo el alma consumista, telas, sedas, pañuelos, shishas, especias y una multitud de recuerdos que en el Gran Bazar y en el Bazar Egipcio, destacaban por sus irrisorios precios. Había que regatear, muchas veces bajamos los precios 5 a 10 veces de su valor que inicialmente nos ofrecían, a veces nos iba bien, a veces no.

Como siempre las calles eran un caos.
Volvimos al Hostal, recogimos nuestras maletas y solicitamos un taxi para subir a Taskim, recuerden la tremenda bajada del inicio, bueno, no la íbamos a subir a pie, abordamos el "Taksi", tomamos el bus que lleva al aeropuerto. Las medidas de seguridad demoraron algo el ingreso. El abarrotado y enorme aeropuerto de Ataturk nos jugó una mala pasada, olvidamos que había que estar acá con 3 horas de anticipación mínimos para embarcar las maletas, debido a la estratégica ubicación de Estambul. Por suerte el chamullo chileno nos sirvió para explicar que teníamos que subirnos al avión, mirábamos las medidas de seguridad que eran realmente muchas, pero igualmente se veían desbordadas, por ejemplo nuestras maletas no fueron pesadas ya que en ese momento, dos personas que estaban embarcando las maletas unos lugares más lejos, estaban tranzándose a combos, lo cual nos favoreció ya que el Turkish que habíamos comprado solo aceptaba dos maletas y no cuatro, como las que llevábamos, era un griterío y un desorden generalizado, ya pensaba que alguien iba a explotar con tanto grito. Finalmente abordamos íbamos rumbo a Munich, para continuar el trip.


Resumen y opiniones de Estambul

Fue incluida en el mapa por un capricho mio y no estuve lejos de cumplir las expectativas, pero quedé corto de tiempo. Aún así, logré ver las cosas que buscaba conocer.

¿Recomiendo viajar a Estambul?
Estambul es una ciudad 100% recomendable para conocer, es una buena puerta de entrada para Turquía y porque no, para Medio Oriente. Ubicada entre oriente y occidente, tiene la mezcla perfecta de ambas cosas. Es entretenida, tiene muchos lugares para ir a visitar, tanto que quizás los días no te alcanzarán. Aún así en 4 días alcanzas a darle un buen recorrido a la zona más turística de la ciudad. Me quedé con ganas de conocer el resto del país, será para una próxima oportunidad.

¿Es seguro Estambul?¿Precios?¿País musulmán?
Nadie dice que un lugar sea 100% seguro, pero si es por eso, mejor nos quedamos en casa. Si vas al caribe te puede tocar un huracán, si vas a comer en la calle puede que te caiga mal al estómago, si vives en Chile te va a tocar un terremoto, eso no implica que te pueda ocurrir.

¿Donde dormimos?
Nuestro hostal Route 39 nos costó €120 las 3 noches en una habitación doble, me aseguré de buscar un barrio más seguro y de fácil acceso, llamado Plaza Taskim. Igual creo que puedes abaratar costos si buscabas más. Lo reservé por Booking. La moneda allá es la Lira. Una lira son $250 chilenos.

¿Hay que taparse la cabeza con un pañuelo si eres mujer?
No, Turquía es un estado laico, sobre 3/4 del país son musulmanes, pero no significa que a ti te obliguen a ser musulman y usar vestimenta relacionada. Si eres mujer puedes caminar con minifalda, te van a mirar, pero no es ningún delito. En las mezquitas deben cubrirse las piernas y la espalda, pero a la entrada facilitan telas para cubrirse y bolsas para guardar los zapatos y entrar descalzo. No se puede beber alcohol a 500 mts. alrededor de una mezquita, por ende no encontraran bares cerca de las mezquitas. La vida nocturna es discreta, no encontramos nunca una discoteque o algo similar.

¿Como llegar?
Estambul tiene un aeropuerto gigante que tiene conexiones a los 5 continente, no costará llegar, lo que si me molestó, fue la poca información para cubrir el viaje entre Grecia a Turquía por tierra, me hubiera gustado tener más herramientas para hacer ese trayecto por tierra.


Estambul Rocks!

No hay comentarios:

Publicar un comentario