Mayo del 2017.
Este capitulo traza un fin de semana que recorrimos en La Paz. Es un relato personal que persigue ser una guía para quien visite la ciudad un fin de semana. La "capital" boliviana ofrece un sinnumero de actividades y quien la visita, deberá decantar una por sobre otra. Para nosotros fue similar, aunque sentimos que nos faltó tiempo para hacer todo lo que queríamos, sentimos que quedamos satisfecho con nuestro recorrido, ojalá lo disfruten.
El arribo a La Paz
El arribo a La Paz
Así se cruza en un tramo rumbo a la Paz |
Serpenteando el descenso a la zona central de La Paz |
Luego de que el bus dejara a mucha gente en el Alto, bajamos por unas curvilineas calles, rumbo al valle donde se encuentra La Paz, en sus 3.600 metros de altura. El espectáculo era aparte, desde arriba se veía como habían ido construyendo la ciudad y como tímidamente aparecían signos de mayor urbanización. La Paz, contrario a lo que se cree, no es la capital de Bolivia, la cual realmente es Sucre, pero La Paz conserva la sede del gobierno y es el centro social del país, lo que la convierte "de facto" en capital del actual Estado Plurinacional de Bolivia. Sus poco más de 750.000 personas habitan en un hermoso valle rodeado de montañas, aunque el área metropolitana de La Paz alberga sobre los 1.8 millones de personas, aunque unificados no conforman ninguna entidad administrativa, uno tiende a señalar que todo es La Paz, aunque desde hace pocos años se ha comenzado a separar a la vecina ciudad de El Alto para definir ambos lugares.
Plaza San Pedro y Mercado Lanza, centro de la ciudad |
Nuestro hostal |
El micro, nos dejó en un lugar bien lejano de ser una estación de buses, en verdad nos dejó en una calle cualquiera y con poco sentido de la orientación, percibimos que estábamos cerca del barrio cementerio, por las funerarias que estaban a nuestro alrededor. Decidimos bajar por un montón de calles que nos recordaban al barrio Franklin en Chile, llena de locales y tiendas que vendían en las calles de todo, porque en Bolivia no la lleva el mall, sino la "venta callejera", entonces todos los productos que uno pretenda encontrar en las calles, los encuentras. Logramos decidir un hostal en un cibercafé donde nos logramos orientar, no estábamos lejos de la Plaza Eguino, así que seguimos la marcha hasta el lugar elegido, el York B&B (cuya reseña dejamos acá).
La Paz Nocturna y la avenida 16 de Julio
Luego de instalarnos en el hostel, fuimos a caminar por las calles de la ciudad, no sin antes ir por un Pollo Broaster, quizás la comida típica no oficial de la ciudad, y quizás de todo Bolivia. Nos acercamos primeramente al sector del Mercado Lanza, digamos que el punto central social de la ciudad, un importante centro de abastecimiento que data de los años 30, pero que fue remodelada por el 2010, le daríamos tiempo al día siguiente. Después de aprovisionarnos de algunos útiles de aseo, que vendían en las calles, le dimos tiempo a la Avenida Mariscal Santa Cruz, que se mezclaba luego con la 16 de Julio, digamos que los ejes centrales de la ciudad, mientras comenzaba a anochecer. Era viernes y el ambiente se notaba festivo, muchos jóvenes en las calles daban una sensación de que algo iba a ocurrir, me recordaban a los "pokemones chilenos", se mezclaban con la gente que salía del trabajo y también con un evento otaku que ocurría por ahí cerca. La Paz distaba bastante de ser una ciudad estancada en el tiempo, como me la imaginé en un principio y se asemejaba a una megaciudad de cualquier parte del planeta, incluso, con un ambiente muy similar a Santiago. A paso lento ya llegaba la noche dimos un poco a unos pubs con cervezas artesanales de la zona, el recorrido comenzó en el "The English Lion's Den", para terminar en "The English Pub", teníamos ganas de cervezas heladas en un local algo más tranquilo que la dinámica La Paz, el último lugar fue lejos la mejor elección.
Pollo a la Broaster, según google.cl |
Auténtica cerveza boliviana |
El menú |
Plaza Sucre |
Los redcap walking tour |
Enormes paltas a un boliviano |
El tour incluía descensos de edificios |
Las micros en la avenida principal de La Paz |
Juegos en la Plaza de la Iglesia San Francisco |
Merienda en Mercado Lanza, por 500 pesos chilenos |
Sándwich de cholitas |
El Reloj que desconcierta |
El Congreso Nacional |
Palacio Quemado |
Una tienda de discos debajo de la catedral!!!! (estaba cerrada) |
Rica comida callejera!!! |
La noche fue dedicada a irnos a la zona del terminal de buses, dejamos pactado un bus a Uyuni para la siguiente noche por 100 bolivianos cada uno, en un bus cama. En la caminata de vuelta, por la 16 de Julio, el amable olor a Pollo Broaster nos acompañaba, pero decantamos en los cientos de carritos callejeros, que ofrecen comida rápida hecha a mano, como unas exquisitas hamburguesas con pimentón, cebolla, tomate y otras delicias, acompañadas por un huevo frito por "irrisorios" 7 bolivianos, con bebida incluida. Finalmente, mirar la dinámica cercana a la Plaza de San Pedro, para ver los muchos aguayos a la venta por 30 bolivianos, los guantes de lana por 20 bolivianos y algunos chalecos de lana desde 70 bolivianos, son tiendas muy coloridas.
La didáctica venta de conjuros dentro de los locales de chamanería |
El mercado de las brujas |
Este paradero te deja en Vino Tinto |
Domingo para El Alto... y las Cholitas Wrestling!
El domingo lo dedicamos a irnos a El Alto. Sabíamos que ahí nos esperaba la feria urbana más grande del mundo, o así se jactan los habitantes del lugar. Primero había que llegar a la estación central del Teleférico Rojo, y después de pagar los 3 bolivianos para subir el ascensor, aún me acuerdo del precio y me rió de los $1.500 pesos que cuesta su símil de Santiago, considerando que este telesférico es un eje central del transporte en El Alto y en La Paz. Esta ruta nos dejaba en uno de los accesos de la Feria de El Alto. Previo a describir la feria, corresponde hacer una referencia al ascenso, donde uno lentamente empieza a subir, dejando atrás la zona más urbana de La Paz, observando el imponente valle donde se encuentra ubicada la ciudad, viendo desde las alturas, los techos de las casas que se encuentran en la periferia y que se van mezclando con El Alto, la comuna y ciudad más grande del país.
Es difícil describir el mercado persa de El Alto, pero haremos el intento. Realmente no existe una entrada oficial, sino es una ciudad entera que el día domingo (y el jueves, en menor magnitud) se dedican a vender todo lo que se te puede pasar por la mente. Si La Paz es reconocida por el comercio callejero, imagínense como era su similar de El Alto, siendo este uno de los sectores más populares de la nación: son cientos y quizás miles de puestos, donde podrías encontrar desde la típica ropa, hasta motores de camiones, pasando por camillas de hospital, zonas de carpintería, innumerables locales de comida y hasta la venta de hechicerías y maldiciones para quien no te caiga muy bien. La zona es amable y los vendedores de apilan para vender todo, a precios que algunas veces, parecían irrisorios. Para quien escribe y por mi amor a los mercados callejeros, el lugar era un continuo éxtasis.
Desde que llegamos a la zona andina, comenzamos lentamente a distinguir un aumento de las cholitas, que vestían orgullosas sus vestimentas tradicionales y es que acá ser cholita no es una palabra de menospreciar, sino es sinónimo de orgullo. Existe toda una teoría de este fenómeno, pero es agradable ver un pueblo que se jacta de sus tradiciones. Las Cholitas actualmente, se dedican a todo, incluso han entrado en el negocio de la Lucha Libre. Desde hace un par de años existe el híbrido espectáculo de las Cholitas Wrestling, que iniciaba sus actividades a las 16:30 en el Coliseo 12 de Octubre. Inicialmente nos equivocamos y llegamos a otro lugar, confundidos por el nombre. Pero luego nos corrigieron y así que empezó una odisea recorriendo los minibuses de la zona, el valor de las micros era de 1 boliviano, aún no me queda claro como entré en esas furgonetas, pero son el medio de transporte oficial de El Alto. Finalmente llegamos, sin mucha demora, al Gimnasio 12 de octubre, cercano a una zona que le llamaban Ceja, para disfrutar del espectáculo de las cholitas.
Un extraño evento, que ralla en lo freak y lo poco convencional. Sirve para reírse un momento, porque no hay mucho contenido más allá de reírse de un espectáculo único. Para quien le guste esto, se divertirá y tendrá algo que contarle a sus nietos, no sin antes reírse de haber visto unas cholas agarrándose a combos. Las cholitas pasaron la prueba.
- Valores: 50 Bolivianos el ticket, con derecho a un snack y asientos en primeras filas. También te llevas dos recuerdos que pueden ser postales y que conservo hasta el día de hoy.
Como la hora nos apuraba, fuimos al Terminal en un taxi que encontramos a la salida. Luego de bajar rápidamente al terminal de La Paz, donde nos estaban esperando nuestras mochilas, previamente guardadas en la boleteria de la linea de Buses Panamericano, que finalmente nos llevaron rumbo a Uyuni.
Conclusiones
La Paz es una amable ciudad, sus habitantes son muy atentos y la mayoría de las veces tuvieron un buen animo para darnos una mano cuando nos veían desorientados. La ciudad está bastante lejos de estar atrasada en el tiempo, sino conserva una identidad que difícilmente podrán entender algunos. Creo que 3 días fueron poco, da la sensación de que hay muchos submundos en la ciudad a los cuales se les puede dar mejor recorrido. Nos dió una sensación de seguridad, incluso en El Alto. Khris había ido a La Paz el 2008 y comentaba una importante modernización, la cual se demostraba en su quehacer, pero conservando la peculiaridad la cual encanta a quien escribe. La Paz se moderniza y los turistas gringos, que parecían demasiados, dan una muestra de que Bolivia se está vendiendo para quienes vengan de afuera.
Como últimas recomendaciones, todo se regatea y el "Mana gringo Chukani", el equivalente en lengua Quechua a "Yo no soy gringo amigo", sirvió mucho en la hora de las compras. Una anécdota al cierre, al comprar unos gorros de lana a una cholita y al señalar esta frase, nos comenzó a hablar orgullosamente en lengua indígena, para luego bajarnos un par de bolivianos sus productos y esbozar una sonrisa. Es muy necesario aprender algo de los idiomas locales, pues no hay que olvidar que en Sudamérica se habla más que español o portugués.
El domingo lo dedicamos a irnos a El Alto. Sabíamos que ahí nos esperaba la feria urbana más grande del mundo, o así se jactan los habitantes del lugar. Primero había que llegar a la estación central del Teleférico Rojo, y después de pagar los 3 bolivianos para subir el ascensor, aún me acuerdo del precio y me rió de los $1.500 pesos que cuesta su símil de Santiago, considerando que este telesférico es un eje central del transporte en El Alto y en La Paz. Esta ruta nos dejaba en uno de los accesos de la Feria de El Alto. Previo a describir la feria, corresponde hacer una referencia al ascenso, donde uno lentamente empieza a subir, dejando atrás la zona más urbana de La Paz, observando el imponente valle donde se encuentra ubicada la ciudad, viendo desde las alturas, los techos de las casas que se encuentran en la periferia y que se van mezclando con El Alto, la comuna y ciudad más grande del país.
Estación central de la linea roja |
Los modernos andenes de un amable cable teleférico |
Desde las alturas |
Un monótono color ladrillo característico de la ciudad |
El cementerio desde arriba |
Atrás quedaba La Paz, estábamos llegando al El Alto |
Es difícil describir el mercado persa de El Alto, pero haremos el intento. Realmente no existe una entrada oficial, sino es una ciudad entera que el día domingo (y el jueves, en menor magnitud) se dedican a vender todo lo que se te puede pasar por la mente. Si La Paz es reconocida por el comercio callejero, imagínense como era su similar de El Alto, siendo este uno de los sectores más populares de la nación: son cientos y quizás miles de puestos, donde podrías encontrar desde la típica ropa, hasta motores de camiones, pasando por camillas de hospital, zonas de carpintería, innumerables locales de comida y hasta la venta de hechicerías y maldiciones para quien no te caiga muy bien. La zona es amable y los vendedores de apilan para vender todo, a precios que algunas veces, parecían irrisorios. Para quien escribe y por mi amor a los mercados callejeros, el lugar era un continuo éxtasis.
Motores |
Llantas y neumáticos |
Una de los muchos pasillos |
Se venden... hechizos!!! |
En esas furgonetas andábamos, imagen referencial de google |
Cholitas dispuestas a pelear |
Lucha libre por los aires |
Ingreso de las muchachas |
Un extraño evento, que ralla en lo freak y lo poco convencional. Sirve para reírse un momento, porque no hay mucho contenido más allá de reírse de un espectáculo único. Para quien le guste esto, se divertirá y tendrá algo que contarle a sus nietos, no sin antes reírse de haber visto unas cholas agarrándose a combos. Las cholitas pasaron la prueba.
- Valores: 50 Bolivianos el ticket, con derecho a un snack y asientos en primeras filas. También te llevas dos recuerdos que pueden ser postales y que conservo hasta el día de hoy.
Y nosotros también |
Como la hora nos apuraba, fuimos al Terminal en un taxi que encontramos a la salida. Luego de bajar rápidamente al terminal de La Paz, donde nos estaban esperando nuestras mochilas, previamente guardadas en la boleteria de la linea de Buses Panamericano, que finalmente nos llevaron rumbo a Uyuni.
Conclusiones
La Paz es una amable ciudad, sus habitantes son muy atentos y la mayoría de las veces tuvieron un buen animo para darnos una mano cuando nos veían desorientados. La ciudad está bastante lejos de estar atrasada en el tiempo, sino conserva una identidad que difícilmente podrán entender algunos. Creo que 3 días fueron poco, da la sensación de que hay muchos submundos en la ciudad a los cuales se les puede dar mejor recorrido. Nos dió una sensación de seguridad, incluso en El Alto. Khris había ido a La Paz el 2008 y comentaba una importante modernización, la cual se demostraba en su quehacer, pero conservando la peculiaridad la cual encanta a quien escribe. La Paz se moderniza y los turistas gringos, que parecían demasiados, dan una muestra de que Bolivia se está vendiendo para quienes vengan de afuera.
Como últimas recomendaciones, todo se regatea y el "Mana gringo Chukani", el equivalente en lengua Quechua a "Yo no soy gringo amigo", sirvió mucho en la hora de las compras. Una anécdota al cierre, al comprar unos gorros de lana a una cholita y al señalar esta frase, nos comenzó a hablar orgullosamente en lengua indígena, para luego bajarnos un par de bolivianos sus productos y esbozar una sonrisa. Es muy necesario aprender algo de los idiomas locales, pues no hay que olvidar que en Sudamérica se habla más que español o portugués.
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Desde el Cuzco a Iguazú
- Introducción noctámbula
- Tacna, la puerta de entrada
- Arequipa la ciudad blanca
- La capital histórica, el Cusco (Primera Parte)
- Machu Picchu por Santa Teresa
- La capital histórica, El Cusco (... y la montaña de los 7 colores)
- A las costas del Titicaca, Puno
- La Isla del Sol
- La Paz en un fin de semana
- El Salar de Uyuni
- La reserva Andina Eduardo Abaroa
- El cruce a Salta
- 1000 kms hasta Santa Fe
- Parque Nacional Iguazú, Puerto Iguazú
- Foz de Iguazú y el Parque de las Aves
- Bombinhas, días off
- Puerto Alegre para dos días (y el regreso)
- Tacna, la puerta de entrada
- Arequipa la ciudad blanca
- La capital histórica, el Cusco (Primera Parte)
- Machu Picchu por Santa Teresa
- La capital histórica, El Cusco (... y la montaña de los 7 colores)
- A las costas del Titicaca, Puno
- La Isla del Sol
- La Paz en un fin de semana
- El Salar de Uyuni
- La reserva Andina Eduardo Abaroa
- El cruce a Salta
- 1000 kms hasta Santa Fe
- Parque Nacional Iguazú, Puerto Iguazú
- Foz de Iguazú y el Parque de las Aves
- Bombinhas, días off
- Puerto Alegre para dos días (y el regreso)
La Isla del Sol <<< La Paz >>> Uyuni
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