sábado, 19 de agosto de 2017

La Paz (y una pequeña guía para recorrer la capital boliviana en un fin de semana)

Mayo del 2017.

Este capitulo traza un fin de semana que recorrimos en La Paz. Es un relato personal que persigue ser una guía para quien visite la ciudad un fin de semana. La "capital" boliviana ofrece un sinnumero de actividades y quien la visita, deberá decantar una por sobre otra. Para nosotros fue similar, aunque sentimos que nos faltó tiempo para hacer todo lo que queríamos, sentimos que quedamos satisfecho con nuestro recorrido, ojalá lo disfruten.


El arribo a La Paz




Así se cruza en un tramo rumbo a la Paz
Llegábamos temprano en una micro que cumplía las funciones de bus, desde Copacabana. Luego de un par de horas recorriendo un serpenteado camino, incluido un cruce al Titicaca en un bote gigante, que en algún momento pensábamos que se hundía con todos y nosotros incluídos. Oficialmente, Nuestra Señora de La Paz, nos recibía en una calurosa tarde de día viernes. La introducción a la ciudad es El Alto, una planicie que comenzó siendo un sector popular, donde se iniciaron las revoluciones que desestabilizaron varios gobiernos bolivianos. En un principio era un sector "en las afueras de La Paz", pero su desarrollo en los 80´ hizo que se estableciera como un municipio aparte y en la actualidad, es una ciudad con más habitantes que incluso La Paz. El Alto es un tremendo laberinto de casas con un orden geométrico bien peculiar, donde todas las viviendas las verás con un color ocre, es por eso que es fácil confundirse y extraviarse dentro de El Alto. De todas maneras le dedicaríamos más tiempo los siguientes días, cuando subiríamos a los 4.100 metros sobre el nivel del mar, en el cual reside la "comuna-ciudad".

Serpenteando el descenso a la zona central de La Paz
Luego de que el bus dejara a mucha gente en el Alto, bajamos por unas curvilineas calles, rumbo al valle donde se encuentra La Paz, en sus 3.600 metros de altura. El espectáculo era aparte, desde arriba se veía como habían ido construyendo la ciudad y como tímidamente aparecían signos de mayor urbanización. La Paz, contrario a lo que se cree, no es la capital de Bolivia, la cual realmente es Sucre, pero La Paz conserva la sede del gobierno y es el centro social del país, lo que la convierte "de facto" en capital del actual Estado Plurinacional de Bolivia. Sus poco más de 750.000 personas habitan en un hermoso valle rodeado de montañas, aunque el área metropolitana de La Paz alberga sobre los 1.8 millones de personas, aunque unificados no conforman ninguna entidad administrativa, uno tiende a señalar que todo es La Paz, aunque desde hace pocos años se ha comenzado a separar a la vecina ciudad de El Alto para definir ambos lugares.
Las callecitas y sus micros
Plaza San Pedro y Mercado Lanza, centro de la ciudad 

Nuestro hostal
El micro, nos dejó en un lugar bien lejano de ser una estación de buses, en verdad nos dejó en una calle cualquiera y con poco sentido de la orientación, percibimos que estábamos cerca del barrio cementerio, por las funerarias que estaban a nuestro alrededor. Decidimos bajar por un montón de calles que nos recordaban al barrio Franklin en Chile, llena de locales y tiendas que vendían en las calles de todo, porque en Bolivia no la lleva el mall, sino la "venta callejera", entonces todos los productos que uno pretenda encontrar en las calles, los encuentras. Logramos decidir un hostal en un cibercafé donde nos logramos orientar, no estábamos lejos de la Plaza Eguino, así que seguimos la marcha hasta el lugar elegido, el York B&B (cuya reseña dejamos acá).

La Paz Nocturna y la avenida 16 de Julio
Pollo a la Broaster, según google.cl
Luego de instalarnos en el hostel, fuimos a caminar por las calles de la ciudad, no sin antes ir por un Pollo Broaster, quizás la comida típica no oficial de la ciudad, y quizás de todo Bolivia. Nos acercamos primeramente al sector del Mercado Lanza, digamos que el punto central social de la ciudad, un importante centro de abastecimiento que data de los años 30, pero que fue remodelada por el 2010, le daríamos tiempo al día siguiente. Después de aprovisionarnos de algunos útiles de aseo, que vendían en las calles, le dimos tiempo a la Avenida Mariscal Santa Cruz, que se mezclaba luego con la 16 de Julio, digamos que los ejes centrales de la ciudad, mientras comenzaba a anochecer. Era viernes y el ambiente se notaba festivo, muchos jóvenes en las calles daban una sensación de que algo iba a ocurrir, me recordaban a los "pokemones chilenos", se mezclaban con la gente que salía del trabajo y también con un evento otaku que ocurría por ahí cerca. La Paz distaba bastante de ser una ciudad estancada en el tiempo, como me la imaginé en un principio y se asemejaba a una megaciudad de cualquier parte del planeta, incluso, con un ambiente muy similar a Santiago. A paso lento ya llegaba la noche dimos un poco a unos pubs con cervezas artesanales de la zona, el recorrido comenzó en el "The English Lion's Den", para terminar en "The English Pub", teníamos ganas de cervezas heladas en un local algo más tranquilo que la dinámica La Paz, el último lugar fue lejos la mejor elección.

Auténtica cerveza boliviana
Sábado del free-wakling tour
El menú
El día sábado fue el día del recorrido. Antes de esto, pasamos a almorzar a uno de los muchos restoranes, instalados en antiguas casonas, que ofrecían menús desde 15 bolivianos. Después tomamos un Free-walking-tour auspiciado por los Redcap, su pagina web está acá. Ese día no había ninguno en español, de todas maneras sirvió para practicar el inglés. Nos juntamos en la Plaza Sucre, donde comenzamos una larga caminata por una de las ferias más coloridas de la ciudad, fueron 4 horas de ruta, desde la misma Plaza Sucre, la historia de la prisión, la feria Rodriguez, el Mercado Lanza, el Mercado de las Brujas para terminar en la zona de la Plaza Murillo, donde está el Palacio Quemado. El énfasis en lo social está presente en este tour, donde nosotros éramos lo infiltrados chilenos, el "pueblo enemigo" de los bolivianos. Fue bueno hablar con los vecinos, donde han pasado décadas de guerras y discusiones entre ambos pueblos. A pesar de que el discurso personal dista bastante del que se vende por televisión, la realidad boliviana no está muy lejos de la chilena, donde la lucha primordial es por la salud y la educación, y no por el mar como lo hacen ver los medios de comunicación. Evo Morales es visto como un buen tipo que decantó en la corrupción y que ha tratado de perpetuar sus gobiernos y en la búsqueda del culto a la persona. Mucha de la gente que conocimos nos señalaba esto y que en verdad chilenos y bolivianos, deberían ser pueblos vecinos, más que dejarse guiar por el populismo barato de la televisión. La conversación posterior en un pub de la zona sirvió para reafirmar esto y entender que los bolivianos son unos vecinos bastante más amables de como dista la gente, por lo menos con quienes compartimos.

Plaza Sucre 

Los redcap walking tour 

Enormes paltas a un boliviano
El tour incluía descensos de edificios

Las micros en la avenida principal de La Paz

Juegos en la Plaza de la Iglesia San Francisco

Merienda en Mercado Lanza, por 500 pesos chilenos 
Sándwich de cholitas

El Reloj que desconcierta 
El Congreso Nacional

Palacio Quemado 
Una tienda de discos debajo de la catedral!!!! (estaba cerrada)
Rica comida callejera!!!
La noche fue dedicada a irnos a la zona del terminal de buses, dejamos pactado un bus a Uyuni para la siguiente noche por 100 bolivianos cada uno, en un bus cama. En la caminata de vuelta, por la 16 de Julio, el amable olor a Pollo Broaster nos acompañaba, pero decantamos en los cientos de carritos callejeros, que ofrecen comida rápida hecha a mano, como unas exquisitas hamburguesas con pimentón, cebolla, tomate y otras delicias, acompañadas por un huevo frito por "irrisorios" 7 bolivianos, con bebida incluida. Finalmente, mirar la dinámica cercana a la Plaza de San Pedro, para ver los muchos aguayos a la venta por 30 bolivianos, los guantes de lana por 20 bolivianos y algunos chalecos de lana desde 70 bolivianos, son tiendas muy coloridas.

La didáctica venta de conjuros dentro de los locales de chamanería

El mercado de las brujas 


Este paradero te deja en Vino Tinto

Domingo para El Alto... y las Cholitas Wrestling!
El domingo lo dedicamos a irnos a El Alto. Sabíamos que ahí nos esperaba la feria urbana más grande del mundo, o así se jactan los habitantes del lugar. Primero había que llegar a la estación central del Teleférico Rojo, y después de pagar los 3 bolivianos para subir el ascensor, aún me acuerdo del precio y me rió de los $1.500 pesos que cuesta su símil de Santiago, considerando que este telesférico es un eje central del transporte en El Alto y en La Paz. Esta ruta nos dejaba en uno de los accesos de la Feria de El Alto. Previo a describir la feria, corresponde hacer una referencia al ascenso, donde uno lentamente empieza a subir, dejando atrás la zona más urbana de La Paz, observando el imponente valle donde se encuentra ubicada la ciudad, viendo desde las alturas, los techos de las casas que se encuentran en la periferia y que se van mezclando con El Alto, la comuna y ciudad más grande del país.



Estación central de la linea roja 

Los modernos andenes de un amable cable teleférico

Desde las alturas 

Un monótono color ladrillo característico de la ciudad

El cementerio desde arriba 
Atrás quedaba La Paz, estábamos llegando al El Alto 

Es difícil describir el mercado persa de El Alto, pero haremos el intento. Realmente no existe una entrada oficial, sino es una ciudad entera que el día domingo (y el jueves, en menor magnitud) se dedican a vender todo lo que se te puede pasar por la mente. Si La Paz es reconocida por el comercio callejero, imagínense como era su similar de El Alto, siendo este uno de los sectores más populares de la nación: son cientos y quizás miles de puestos, donde podrías encontrar desde la típica ropa, hasta motores de camiones, pasando por camillas de hospital, zonas de carpintería, innumerables locales de comida y hasta la venta de hechicerías y maldiciones para quien no te caiga muy bien. La zona es amable y los vendedores de apilan para vender todo, a precios que algunas veces, parecían irrisorios. Para quien escribe y por mi amor a los mercados callejeros, el lugar era un continuo éxtasis.

Motores 
Llantas y neumáticos

Una de los muchos pasillos
Se venden... hechizos!!!
En esas furgonetas andábamos, imagen referencial de google
Desde que llegamos a la zona andina, comenzamos lentamente a distinguir un aumento de las cholitas, que vestían orgullosas sus vestimentas tradicionales y es que acá ser cholita no es una palabra de menospreciar, sino es sinónimo de orgullo. Existe toda una teoría de este fenómeno, pero es agradable ver un pueblo que se jacta de sus tradiciones. Las Cholitas actualmente, se dedican a todo, incluso han entrado en el negocio de la Lucha Libre. Desde hace un par de años existe el híbrido espectáculo de las Cholitas Wrestling, que iniciaba sus actividades a las 16:30 en el Coliseo 12 de Octubre. Inicialmente nos equivocamos y llegamos a otro lugar, confundidos por el nombre. Pero luego nos corrigieron y así que empezó una odisea recorriendo los minibuses de la zona, el valor de las micros era de 1 boliviano, aún no me queda claro como entré en esas furgonetas, pero son el medio de transporte oficial de El Alto. Finalmente llegamos, sin mucha demora, al Gimnasio 12 de octubre, cercano a una zona que le llamaban Ceja, para disfrutar del espectáculo de las cholitas.

Cholitas dispuestas a pelear

Lucha libre por los aires 


Ingreso de las muchachas 

Un extraño evento, que ralla en lo freak y lo poco convencional. Sirve para reírse un momento, porque no hay mucho contenido más allá de reírse de un espectáculo único. Para quien le guste esto, se divertirá y tendrá algo que contarle a sus nietos, no sin antes reírse de haber visto unas cholas agarrándose a combos. Las cholitas pasaron la prueba.

- Valores: 50 Bolivianos el ticket, con derecho a un snack y asientos en primeras filas. También te llevas dos recuerdos que pueden ser postales y que conservo hasta el día de hoy.

Y nosotros también

Como la hora nos apuraba, fuimos al Terminal en un taxi que encontramos a la salida. Luego de bajar rápidamente al terminal de La Paz, donde nos estaban esperando nuestras mochilas, previamente guardadas en la boleteria de la linea de Buses Panamericano, que finalmente nos llevaron rumbo a Uyuni.

Conclusiones
La Paz es una amable ciudad, sus habitantes son muy atentos y la mayoría de las veces tuvieron un buen animo para darnos una mano cuando nos veían desorientados. La ciudad está bastante lejos de estar atrasada en el tiempo, sino conserva una identidad que difícilmente podrán entender algunos. Creo que 3 días fueron poco, da la sensación de que hay muchos submundos en la ciudad a los cuales se les puede dar mejor recorrido. Nos dió una sensación de seguridad, incluso en El Alto. Khris había ido a La Paz el 2008 y comentaba una importante modernización, la cual se demostraba en su quehacer, pero conservando la peculiaridad la cual encanta a quien escribe. La Paz se moderniza y los turistas gringos, que parecían demasiados, dan una muestra de que Bolivia se está vendiendo para quienes vengan de afuera.

Como últimas recomendaciones, todo se regatea y el "Mana gringo Chukani", el equivalente en lengua Quechua a "Yo no soy gringo amigo", sirvió mucho en la hora de las compras. Una anécdota al cierre, al comprar unos gorros de lana a una cholita y al señalar esta frase, nos comenzó a hablar orgullosamente en lengua indígena, para luego bajarnos un par de bolivianos sus productos y esbozar una sonrisa. Es muy necesario aprender algo de los idiomas locales, pues no hay que olvidar que en Sudamérica se habla más que español o portugués.


La Isla del Sol <<< La Paz >>> Uyuni

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