viernes, 11 de octubre de 2013

Hechos desafortunados en Ginebra

Ginebra, Suiza — lunes, 6 de agosto de 2012

Arribé a Ginebra el día de mi cumpleaños, cerca de las 22:00 y en el pequeño aeropuerto de Ginebra me recibió mi amigo Ernesto en compañía de su novia quienes me alojarian en su departamento. Estaba arribando a la pequeña vecina de Francia, que por lo que pude apreciar despues y bueno, el aeropuerto está colidante al limite del país, muy diferente al resto de Suiza que es de tradición más germánica. Llegaba brevemente al país helvético, que realmente no tenía mayor interés en recorrer y que solo lo había incluido en el trip debido a que mi amigo Ernesto se fue a vivir allá, con el eramos amigos del barrio y hace algunos años ya estaba radicado en Ginebra. Una parada que duraría un par de días antes de seguir a Italia, pero que sería emocionante por una serie de eventos desafortunados que iré relatando. Como dato, el aeropuerto queda prácticamente adentro de la ciudad, hay un terminal de microbuses donde en sus paradas puedes ir hacia la parte más central de Ginebra.

Era de noche y ya la ciudad estaba empezando a dormir, así que esperamos un rato un microbus para dirigirnos a la ciudad. Ginebra en sí tampoco es una ciudad muy grande, se puede recorrer perfectamente en un par de días y a pie. Un recorrido breve en el autobus y arribamos al departamento, ubicado en un barrio residencial, bien cerca del edificio de la ONU. La novia de mi amigo se fue a dormir, pero con mi amigo teníamos ganas de recorrer la ciudad, asi que tomamos unas bicicletas y bajamos al lago Ginebra.

La ciudad de noche es muy linda, ordenada y limpia, coordinada y respetuosa del ciclista. Me impresionó ver ciclovias en toda las calles de la ciudad, todas perfectamente demarcadas y los conductores muy respetuosos de los ciclistas. Arribamos al lago, abrimos una botella de pisco chileno, una bebida e iniciamos una larga conversa luego de dos años sin ver a mi amigo, volvimos, ya cansados al departamento a descanzar, habia sido un dia largo, recorriendo 3 ciudades, dos paises y viviendo mi dia de cumpleaños, muy emocionante, pero me alegró finalizar el día con un amigo que me pudiera saludar. Como dato anecdótico: estabamos en una de las ciudades más caras del mundo y mientras tomabamos a la orilla del lago se divizaba a lo lejos un par de ratones corriendo por la orilla del lago, hasta en las mejores familias.

El Lago Ginebra.
El día siguiente fue un caos, mi amigo debía ir a trabajar, así que me dejó el departamento solo y yo pretendía salir ese día a recorrer la ciudad por mi cuenta. Tomé una bicicleta, armé un ruta y salí. Recorrí por la orilla del lago, llegué al barrio histórico de la ciudad. En ese lugar después de varias horas de andar en bicicleta me dio sed, entre a un local de comida rápida, pedí una bebida y en un descuido de un par de segundos, un tipo me robo mi mochila. ¡Que mal! Se supone que los latinos somos los que estamos estigmatizados por ser ladrones y fue todo lo contrario. En la mochila no tenia nada de importancia realmente, solo papeles de mapas de la ciudad ya que yo acostumbro a llevar mis documentos en mis bolsillos, pero lamentablemente el pasaporte estaba dentro de la mochila porque justo había salido del baño, así que me dirigí al dueño del local, a informar el hecho, llamó a la policía, que en dos horas nunca llegó al lugar y bueno, ya desanimado me dirigí yo directamente a la oficina de la policía a buscar algún parte para poder seguir. En el trayecto mi bicicleta tuvo un accidente en una rueda, cuyos rayos se habían salido y tuve que armarla nuevamente, lo que demoró mi viaje. En la oficina de policía nadie hablaba inglés y mi francés era demasiado discreto. Así que me dirigí al departamento de mi amigo para que me ayudara a hacer la declaración. De vuelta me extravié, me demore una hora en volver a encontrar el lugar donde estaba, ya desorientado me senté a fumar un cigarro y tratar de orientarme pensando porque ocurría justo esto en mi cumpleaños, luego de un buen rato más dando vueltas, por fin encontré la calle y a mi amigo en el departamento recién llegando. Luego volví a la oficina de los policías, declaré mi perdida de pasaporte y el robo,me señalaron que para poder continuar el viaje me debería dirigir a la embajada Chilena, la cual quedaba en Berna, al medio del país. Como se habrán dado cuenta, este no era mi día. Volvimos al departamento, a comer y beber algo para salir del mal momento y prepararme al día siguiente para poder viajar a Berna, distante a unos 180 kilómetros rumbo al centro del país.

Estaba al medio de Europa, lejos de casa y sin documentación. Me sentí como diría Manu Chao, clandestino.

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Trip Europa 2012

I Wacken
II Berlín
III Ginebra primera parte
IV Berna
V Ginebra segunda parte
VI Roma
VII Londres
VIII París primera parte
IX Paris segunda parte

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