Esta es la frase que te enseñan cuando tienes unos 8 o 9 años y vas a las clases de Historia y Geografía en la básica del colegio: El desierto de Atacama es el desierto más árido del mundo (o bueno, se enseñaba en mis épocas de escolar... estoy algo afuera del circuito educacional). De todas maneras, es tantas veces repetida, como decir "el Everest es la montaña más grande del mundo" o "el Sahara es el desierto más grande del planeta". Te lo repiten sin parar, una y otra vez, como una especie de orgullo nacional, para sentirse honrado de ser chileno y por ejemplo, creer tener el himno más lindo del mundo o la bandera más hermosa del planeta, según una encuesta chilena, realizada en Chile. Aún así, estas cosas quedan en el subconsciente, tantas veces que la repitieron y uno no puede decir Atacama, sin pensar en la aridez que hay en el norte del país. No es errado saber, que los estudios académicos sobre la zona no son pocos, así como también las múltiples guías que fueron poblando nuestras librerías, con enciclopedias que dedicaban todo un capitulo al norte de Chile, un terreno tan árido, que causa odio en algunos y amor en otros. Una zona que necesita paciencia para recorrerla, donde las distancia pasan a ser de horas y a veces, en un par de horas solo verás el "monótono" paisaje del desierto, quizás lo que debe sentir quien recorra la tundra en Siberia, o las eternas carreteras que cruzan las pampas de Argentina.
El Desierto de Atacama pertenece a un sistema de desiertos, que se ubica el norte de argentina, el sur oeste de Bolivia y buena parte del Perú. Sus límites no son políticos, sino geográficos y a veces ni siquiera los expertos se han puesto de acuerdo donde comienza y donde termina. Aunque la cordillera y las sierras, fracturan su recorrido, el Desierto (para nosotros) de Atacama, es un punto que reina en el norte de Chile. Dentro de este desolado habitar, el desierto tiene una particularidad, consecuencia de lo inestable de nuestra geografía y nuestro clima: en las costas suele llover y crearse humedad, cosa que aumenta en los meses de agosto y septiembre. Debido a esto en diversas zonas "desérticas", tienen la dicha de recibir agua, como agua lluvia propiamente tal, o como nieblas húmedas. Esto sumado a factores locales, humedad, nieblas matutinas y varias cosas más, dan paso a un fenómeno denominado "El Desierto Florido", que es, como se imaginan, una zona desértica que se llena de flores. Este evento dura un par de semanas y a veces se extiende por un mes y quizás más. Aprovechando esto, miles de turistas inician un recorrido a diversos rincones del desierto, para visitar las zonas pobladas de campos de flores, lugar donde nosotros fuimos también, porque queríamos ser testigos de este hermoso fenómeno.
¿Donde queda el Desierto Florido?
Principalmente en la tercera región de Chile. Este se puede recorrer a través de los dos parques nacionales ubicados en esta región: El Parque Llanos de Challe y el Parque Pan de Azúcar. De todas maneras este fenómeno se extiende a toda la región y hay varias rutas para hacer, donde se te cruzará el Desierto Florido. Nosotros nos centramos entre el sur de Copiapo y el norte de Vallenar. En la ruta 5, entre las mencionadas ciudades, hay una alta probabilidad de encontrar flores. Cabe también, estar atento a cada temporada, ya que si las lluvias terminan más al sur, el Parque Nacional Pan de Azúcar puede quedar exento de este fenómeno, cosa que ocurrió con el año que fuimos. Por eso es importante informarse hasta el último día de las condiciones del desierto, en cada temporada, antes de iniciar el viaje.
¿Cuando ir al Desierto Florido?
La mejor fecha es entre los últimos días de agosto y todo el mes de septiembre. Pero estas fechas son bien aleatorias, pues todo es determinado cuando se acaban las lluvias en estas zonas, y a veces la temporada invernal se puede extender más allá de agosto, si esto llegase a ocurrir, el desierto puede seguir florido, incluso hasta octubre.
¿Como ir al Desierto Florido?
Nosotros pusimos como punto de partida del recorrido la ciudad de Vallenar. Para esto tomamos un bus desde Santiago, por 10 mil pesos, cada uno. Ya en Vallenar, arrendamos un auto (Un auto por 3 días nos costó 100 mil pesos chilenos). El auto fue la opción elegida, pues nos permitiría recorrer las zonas que queríamos a nuestro antojo, incluso las que estaban fuera de los caminos más turísticos, aunque diversas empresas ofrecen recorridos, claramente con un guía y un bus, nosotros preferimos hacerlo por nuestra cuenta. Las rutas están en su mayoría pavimentadas, las que no lo están, se conservan en bastante buenas condiciones. El recorrido que hicimos viene impreso en el mapa siguiente.
El bus nos llevó toda la noche, llegando de amanecida a Vallenar. Partimos al lugar donde nos pasarían el auto. Atentos que Vallenar es muy pequeña y no abundan las empresas de rentas de auto, sino que estas se centran en Copiapó, la capital regional. Entonces como consejo: dejar esto arrendado de antes. Nuestra empresa elegida fue Socobar y el vehiculo se portó de maravillas.
Primera ruta: La primera parte del recorrido la centramos por la costa, bajamos en la zona cercana a Freirina. Donde hicimos nuestra primera parada. Después de la sesión de fotos, nos aprovisionamos de aceitunas y aceite de la zona, queríamos volver a nuestra ciudad con algunos sabores del lugar.
Siguiente ruta: Desde Huasco al Parque Nacional Llanos de Challe. En ese lugar hay un camping, que estaba copado, pero hay baños y algunos servicios básicos, también un par de mapas. Para la magnitud del parque y la época de mayor llegada de turistas del año, creo que la infraestructura era deficiente, así como también la información para los turistas. Nos animamos a andar por las rutas de trekking que se ofrecen, antes de continuar el viaje.
Siguiente ruta: Desde El Parque Nacional Llanos de Challe a Bahía Inglesa. Unos 200 kilómetros en linea recta, en un camino que alterna entre una zona pavimentada, una en proceso de pavimentación y una sin pavimentar. Es un camino muy agotador energéticamente, nos pegamos varios cabezazos al volante en la ruta. Dicen que el desierto cobra y no en peajes. Por favor, ofrendar algo a la ruta y mantenerse despiertos. Pasamos la noche en Bahía Inglesa, que tenía más expectativas en realidad sobre este balneario.
Siguiente Ruta: Desde Bahía Inglesa a San Felix. Por plena ruta 5 nos devolvimos hacia el sur, acá vimos la magnitud del desierto florido, con enormes campos de flores moradas que cubrían una zona que durante el año, no hay nada más que la eterna arena del desierto, acá nos detuvimos, el asombro por la gran cantidad de campos floridos nos hizo detener el vehículo y entrar a caminar por los senderos que se formaban. Luego, bajando la tarde, decidimos subir a Alto del Carmen, una versión de Pisco Elqui, pero de la III región. Como Alto del Carmen era muy turístico y corría mucho viento, avanzamos unos 20 kilómetros hacia la cordillera, para llegar a San Felix, un pueblo que no podía ser más tranquilos. Allá pasamos la noche en una amable hostería, que si hubiésemos tenido más tiempo, nos quedábamos a vivir ahí. Acá el link del Hostal el Churcal.
Último día: Desde San Felix hasta la zona de Carrizal Alto y luego volvimos a Vallenar. Acá el desierto estaba más mezclado con quebradas, hicimos el esfuerzo de subir un par de pequeños cerros, eran zonas muy olvidadas del mundo, recordaban los desiertos donde Walter White y Jessie Pinkman iban a cocinar con su Van. Era momento de volver a la capital, el desierto florido cumplió nuestraas expectativas.
Resumen del viaje
Tiempo del recorrido: 4 días y 3 noches.
Kilometraje: Unos 900 kms aproximadamente.
Bus Stgo - Vallenar - Stgo: 20 mil pesos cada uno, la ida y la vuelta.
Auto: 100 mil pesos los tres días y medio.
Bencina: 1 estanque y cuarto, petroleo.
Cabaña Bahía Inglesa: 20 mil pesos
Hostal San Felix (El Churcal): 25 mil, ambos, con desayuno incluido y mucha hospitalidad.
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