Enero 2011.-
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Rumbo a Quemchi |
Habiamos quedado en salir nuevamente a la ruta 5 sur, a la altura de Ancud. No nos costó mucho negociar un bus rumbo al sur, que nos dejaría en el cruce de Quemchi, la siguiente ruta, este trayecto era más breve, unos 70 kms. y nos iba a permitir llegar de día, recorrer bien la ciudad y encontrar un buen camping. Llegamos en el bus al cruce y una camioneta se animó a llevarnos a todos hasta Quemchi. Quemchi es un diminuto pueblo, de un par de cuadras, una caleta de pescadores que se mezcla con las salmoneras típicas de la zona, perfectamente lo puedes recorrer caminando en unos 15 minutos, en su parte urbana, pero tiene una gran zona que lo rodea llena de bosques y al frente muchas islas para recorrer. Fácilmente encontramos un campig, en verdad era un gran patio trasero de una casa, teníamos alojamiento, duchas y unas parrillas para cocinar, el contacto lo hicimos gracias a un restaurnt llamado Barlovento, no será dificil encontrarlo dentro de Quemchi.
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La Iglesia de Quemchi |
Del lugar, solo maravillas, aprovechamos de ir a la isla Aucar, conocida también como isla de los muertos. Un lugar que solo tiene una pequeña iglesia de madera y un cementerio. Uno debe avanzar unos 20 minutos en vehiculo y puede cruzar a la isla a través de un largo puente de madera, nosotros hicimos dedo hasta dicho lugar y nos perdimos toda la tarde en la isla. Al volver, la marea bajaba y la costa se llenó de c
horitos, así que tomamos unas bolsas y comenzamos a mariscas nuestra propia comida. A la noche los comimos con algo de limón y calientes al fuego. También hubo tiempo de ir al restaurant mencionado, el Barlovento, invitados por el administrador del camping. La isla tiene mucho dedicado a su hijo ilustre, el novelista chileno
Francisco Coloane. Correspondía recargar baterias pues debíamos partir al siguiente destino.
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Entrando a la Isla Aucar |
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Isla Aucar y su Iglesia |
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Panoramina desde Aucar hacía Chiloe |
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El cementerio de Quemchi |
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El grupo en Quemchi |
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Llegamos a Dalcahue. |
A punta del dedo y algunos recorridos en algunos buses locales, llegamos a Dalcahue. Este pueblo era un poco más grande tenía más cuadras y quizás triplicaba el tamaño de Quemchi. Encontramos un camping que colindaba con la
Iglesia de Dalcahue, en la misma calle, al lado del cementerio y de un frigorífico. Dalcahue es un lugar de paso para quienes quieran cruzar a la isla Curaco, un lugar que por logistica no recorrimos, no la habíamos incluido en el mapa, despues al llegar a otra ciudad nos contaban maravillas de Curaco de Veléz, Achao y Qumchao, para quienes lean esto, incluirla dentro del viaje. Lo que sí hicimos, fue ir a Tocoihue, nos habían recomendado este lugar y claro que fue un acierto, gracias al dedo llegamos a Tocoihue, un pueblo, si es que se le puede llamar asi, que consistía en una esquina, si señor, nada más que una esquina, con una Iglesia, un par de casas y un paradero de buses. Desde ahí, debíamos bajar a un estero, por donde caían las cascadas, un lugar para hacer senderismo y introducirse en los bosques de Chiloé. Uno de los lugares más lindos de la isla.
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Disco de mariscos |
En Dalcahue conocimos a una pareja, que el primer día junto a otros nos invitó a un disco enorme de productos del mar, sin ningun interes. Fue uno de nuestros primeros contactos de gente desinteresada, que te ofrecía comida y hospitalidad, nosotros el día siguiente devolvimos el gesto, siendo anfitriones de una noche de fiesta con toda la gente del camping. Tampoco costaba mucho, ya que existía un mercado de productos del mar a unos 10 minutos y precios muy baratos, con $5.000 podías hacer un festín para toda la noche y un disco parecido al de la foto.
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Iglesia de Dalcahue |
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Vista de los barcos pesqueros. |
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El grupo a los pies de la Iglesia de Dalcahue |
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El grupo en Castro |
Lamentablemente debíamos continuar, salimos a la salida de Dalcahue, ahí buscar aventón a Castro, la capital de la isla, para poder ir a Chonchi. Salimos temprano, rumbo a Castro, recorrimos toda la ciudad, su enorme feria costumbrista, almorzamos en las cocinerias de la Iglesia, entramos en la misma
Iglesia de Castro, una de las más lindas de toda la isla. Había más vida en Castro, tenía terminal, mercado de comidas, supermercados y más tráfico. La ciudad era para recorrer en un día, cosa que realizamos. El problema es que se nos hizo de noche y no nos dimos cuenta que teníamos que llegar a Chonchi, ya no pasaban transporte, atinamos a ponernos en el camino principal para pedir aventón, pero no pasaba nada, o casi nada. Miramos el cielo y se avecinaba una noche fría, estabamos afuera de un cuartel de bomberos que nos dio agua caliente, al frente un terreno baldío, donde atinamos a refugiarnos ahí, hasta que comenzó a llover, debíamos movernos a un lugar con techo para pasar la noche, nos quedamos varados en Castro y empezaba a llover solo como en Chiloe sabe llover.
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El cielo se oscurecía y no teníamos como viajar a Chonchi. |
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Trip espérate nomás que lleguemos a Quenchonchi, 2011
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