sábado, 18 de julio de 2015

Amsterdam, no apto para menores

Agosto, 2014.-

Un viaje suave en tren
Mediodía del viernes 22 de agosto y estábamos abandonando Munich, al sur de Alemania en la región de Baviera. Nuestro objetivo era estar esa noche en Amsterdam. El trayecto lo hicimos con la mega-empresa alemana Dh Bahn, que en español es algo así como "El tren". El viaje duró todo el día, era necesario un día relajado de viaje, pues habíamos tenido semanas muy movidas en trayectos, con armar y desarmar mochilas, así que un día entero cruzando en tren todo el país teutón, fue una buena elección, Ya eran cerca de las 21:00, estábamos llegando a la hermosa estación Amsterdam Centraal (si, con dos "a"), la estación central de la ciudad insigne de los Países Bajos, era momento de iniciar un recorrido en otra ciudad de nuestro viaje.

Amsterdam Centraal
Fue fácil ubicarse, teníamos una noción de que nuestro objetivo estaba cerca, así que salimos de la estación y caminamos un par de cuadras en dirección a nuestro hostal flotante. Previamente habíamos hecho una reserva por internet en un hostal que estaba arriba de un bote, así tal cual, bueno en verdad era más grande que un bote, pero estaba aparcado en un canal y la idea era pasar el fin de semana en ese lugar. Al momento de hacer la reserva lo encontramos pintoresco y claro que lo fue, caminando por los astilleros llegamos a la zona donde estacionan los botes, barcos pequeños, yates y demás embarcaciones, llamada Oosterdock, algo así como muelle del este. Nuestra embarcación era el Amicitia Hostal y efectivamente, era un barco. Sobre el hostal, es un barco, es estrecho, tiene pasillos delgados, poca iluminación, pero es un barco, nuevamente, y eso es su atractivo, son camarotes ordenados, con muchos baños, un gran desayuno, muy céntrico, estábamos a 10 minutos a pie desde la estacíón central y a 15 minutos del centro de la ciudad, pero esas distancias para nosotros tuvieron variaciones, pues al arrendar unas bicicletas, los tiempos se redujeron de manera perfecta para nosotros. El lugar del muelle era cercano al Nemo, no el de la película, pero con un público similar, siendo una especie de gran museo de ciencias interactivas, algo así como el MIM chileno, pero en su versión neerlandés. Bueno, llegamos al barco y su dueño se había ido, pero nos había dejado un sobre con indicaciones de la clave, nuestra habitación y un mensaje para que nos instaláramos tranquilamente, que al día siguiente hacíamos el check in con tranquilidad, así de relajados estaban en Amsterdam las cosas. Entonces desarmamos nuestras mochilas, nos acomodamos en la estrecha habitación y nos dirigimos a la ciudad, a buscar algo para disfrutar la noche del viernes. Sin un destino muy bien dirigido. nos dirigimos a la zona central de la ciudad y una cantidad enorme de gente en las calles, llegamos a la zona llamada Rembrandtplein, donde pasaríamos la primera noche de fiesta. Ya nos llamaba la atención la enorme oferta de sex-shops y cooffes shops en las calles, pero el día siguiente le daríamos más detalles a esto. 

Nuestro hostal
El barrio donde alojamos
Desde la ventana de nuestra habitación

La condonería
Y así fue, ya de día nos animamos a hacer un free tour, obviamente con Sandeman, para luego continuar por un educativo tour del barrio rojo de la ciudad, donde se nos explicó detalle a detalle, como lograron normar todo el comercio sexual en Amsterdam, nos explicaron los valores de los servicios, los colores de las cabinas (Las de color rojo son mujeres, las lila son transexuales, hombres no hay), nos explicaron la razón por la cual no hay hombres ofreciendo servicios, nos contaron anécdotas como la edad de la última jubilada de mayor edad del comercio sexual o la cantidad de servicios estimados que tuvieron las hermanas Fokkens al retirarse de las pistas, o colgar los calzones, si queremos decirlo de esa manera. Hay una película "documental" que profundiza en la tremenda historia de estar hermanas, para los que se quieran adentrar más en esto.

Todos atentos en el tour
La bicicleta es el medio oficial de transporte
Pero a veces aparecen otros medios de transporte
Los canales de agua dulce de la ciudad

Protestas en la ciudad 
King Crimson en la ciudad

Obviamente, usamos bicicleta
Aprovechamos de ir por unas fotos y juntarnos con Consuelo y Pablo, unos amigos que están viviendo en Zaragoza y que se unían a nuestro paso por la ciudad, ahora el grupo era más grande. Era momento de darle tiempo a hacer los recorridos en bicicleta, que se me había olvidado mencionar, habíamos arrendado por Mc Bike, en los subterráneos del conservatorio de Amsterdam, muy cerca de nuestro hostal y es lejos el mejor medio para desplazarse por la ciudad. Nos aprovechamos de perder por la ciudad, cosa que entretiene, en especial en la ecléctica zona del barrio rojo, pero también en sus alrededores, llenos de tiendas para todos los gustos y colores.


Estacionamiento de bicicletas
Las calles del barrio rojo
El barrio rojo tiene su gracia, su encanto, es una mezcla de todo lo que está permitido y todo lo que no está permitido, todo junto y mezclado, donde muchos los que van son curiosos, pero que no dudan en caer en las enormes tentaciones que ofrece la ciudad, hay de todo, lo que se te ocurra, ahí está. Dejamos un tiempo al día siguiente para ir por un tour de los Coffee Shops, para también orientarnos en más detalles de la venta de drogas recreativas para consumo personal. Tú puedes entrar a los locales y te explican amablemente todo, están claramente las reglas del local, en relación a la edad que obviamente, debe ser sobre 18, y las normas de convivencia básica como por ejemplo los carteles "we don't sell hard drugs here... this is Amsterdam, isn't Disney". También nos señalaron el hoyo legal que permite la venta de drogas, porque en Amsterdam no es legal fumar marihuana, no señor... pero tampoco es ilegal. 

Adentrándonos en el barrio
Los canales y el distrito rojo
Unos "conocidos" entraron a un Coffee Shop y nos comentaron la dinámica. Hay una carta de los tipos de drogas que ofrecen, generalmente los locales, por norma, están obligados a vender sólo un tipo de droga, entonces si entras a un local que vende marihuana, sólo encontrarás de esa. Está prohibido vender alcohol en un Coffee Shop. En la carta hay canabis sativa, canabis indica y una enorme mezcla de ambas, explicadas en el menú en sus rangos de "poder alucinógeno" del 1 al 5. Nuestros "conocidos" eligieron el que tenía el poder número 2, una llamada Black Cheese, que amablemente fue pesada por el dependiente, eran un par de gramos de cogollo por 15 euros que alcanzaba para hacerse 3 cigarros de marihuana, los cuales fueron ayudados a fabricar por un comensal de una mesa vecina. Según "mis conocidos", el poder de la droga era elevando, realmente elevado, cometimos el error de no echarle tabaco y fumarla natural, si "mis conocidos" hubieran hecho el "pito" con tabaco, hubieran bajado el efecto de la marihuana, pero como "nuestros conocidos" la fumaron tal cual natural, el efecto se prolongó unas 3 horas... solamente medio cigarro de marihuana, que fueron acompañados por las pantallas de televisión del Coffee Shop que emitía el campeonato mundial de clavadistas olímpicos y unos comerciales de una mangueras de antena 3 directo, alucinante.. Realmente las cosas eran poderosas acá, así que nuestros "conocidos" decidieron volver, aún algo volados, por las ciudad llena de luces de neón, rumbo al hostal, un genial viaje.

Amsterdam baby

Ya repuestos, aprovechamos el resto de los días para recorrer la ciudad en su zona más lejana, nos metimos en mercados callejeros, donde encontré unos vinilos de "Flashdance" por 1 euro, otros de Saxon por 8 y algunas primeras ediciones de Accept por precios similares. Aprovechamos la enorme oferta gastronómica de la ciudad, con maravillosas hamburguesas, maravillosos helados y maravillosas cervezas. Una vuelta por la fabrica de Heineken, que mucho de llamativo no ofrece, perfectamente prescindible. Después de esto, la ciudad ya estaba recorrida, en unos 4 días.


Mundo Heineken
Demasiado tentador
Una partida de ajedrez en una plaza
Una cascada de una plaza
El Rijkmuseum

Hay más detalles de la ciudad, pero como mis amigos aún estaban impactados por los efectos del Black Cheese, no pudimos recordar, así que dejo solamente los tips al margen.

- Alojamiento: Amicita
- Arrendar bicicletas es la mejor opción. Amsterdam tiene 400 kms de ciclovias solamente en la zona central de la ciudad, que desplazaron a los autos hace mucho tiempo en la ciudad. Vez a todo el mundo en bicicletas, hombres, mujeres, niños, policias, carteros, repartidores, hasta abuelitas. No es raro que de los canales de la ciudad al año se saquen unas 20.000 bicicletas abandonadas de sus causes.
- Precios: La bebida de 1/2 litro de Coca Cola salía 1,5 euros. Es más cara que el promedio de ciudades europeas, en especial el comer, pero rebuscando se pueden encontrar buenos precios. Pero hay que ir con un presupuesto no tan justo.
- Permitido y no: Está prohibido beber alcohol en las calles y también fumar marihuana en las calles, aunque está prohibición es algo aleatoria, porque veías a gente hacerlo, pero tratando de no molestar o causar disturbios al resto, como esto ocurría, nadie se hacía problema.
- Muchas casas no tienen cortinas, a nadie le importa si tu eres curioso y quieres mirar adentro.
- La casa de Ana Frank tiene una fila enorme, traten de ir muy temprano o muy tarde, a eso del mediodía llega a abarcar cuadras.
- Lugares recomendados para conocer: La estación de trenes Amsterdam Centraal, el Rijkmuseum que tiene una buena cafetería afuera y el famoso cartel "I Amsterdam", el barrio rojo (Roose Buurt), la plaza Dam.

Era momento de volver a la Amsterdam Centraal, porque teníamos un tren rumbo a Gante, Bélgica, donde las aventuras continuaba en especial en la estación de la ciudad de Amberes, donde tuvimos que hacer una combinación, llena de policías y perros, momento en que recordamos, que aún teníamos recuerdos de los Coffes Shops en las mochilas, pero eso lo dejaremos para otro relato.

De vuelta a la estación de trenes
Equipo Amsterdam
Amsterdam, desde arriba de Nemo


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