Julio, 2014.
La Toscana Italiana es un hermoso valle ubicado en el centro de Italia, con una enorme tradición artística, histórica, gastronómica y cultural. Generalmente cuando nos referirnos a la Toscana, se nos viene a la cabeza la familia de los Medici, la gran variedad de vinos, monumentos arquitectónicos repartidos en todos sus valles y sus dos ciudades más conocidas Florencia y Pisa, Pero no todo es eso, la Toscana guarda muchas cosas más, que merecen un recorrido por esos verdes valles y que invitan a hacer parada en los múltiples escondites que existen repartidos.
Mi amiga América, vive en la zona hace varios años, ella es de abuelos italianos, de esa misma zona, que migraron a Chile hace un par de generaciones. Ella hace un par de años viajó a la zona y al parecer le quedó gustando mucho, pues decidió tomar sus maletas y marchar. Como íbamos a pasar por la zona, decidimos ir a su casa para aceptar una invitación que quedó a medias dos años antes de este viaje, cuando nos encontramos en Roma. Entonces los pasajes desde Milán fueron directo a
Prato, lugar donde nos iba a recibir con su pololo y nos iba a invitar a descubrir la zona de la Toscana. Es difícil hacer un relato lineal de los que ocurrió todos esos días, puesto que viajamos a muchas partes y ha pasado algo de tiempo, pero recuerdo que nos recibió en la estación de trenes de Prato, llamada Plato por ellos por la enorme masa de asiáticos que está invadiendo esa región. Luego de eso en un vehículo, nos llevaron a su casa ubicada en una pequeña comunidad llamada
Comeana, que fue nuestro hogar un par de días.
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Los anfitriones |
Al día siguiente fuimos a recorrer Pisa, una ciudad que solo se debe recorrer en un día, quizás medio día sea suficiente, cuyo centro histórico es coronado por su torre inclinada, icono imposible de evitar en un viaje a Italia. La torre ubicada en la Plaza de los Milagros (Piazza dei Miracoli) contiene la mencionada torre y el Domo de la ciudad, es imposible no saber llegar ya que al salir de la estación de trenes, todos los avisos conducen a ese lugar. Al llegar, tratamos de evitar la avalancha de turistas de todo el mundo, en especial de la parte oriental del planeta. El lugar es lindo, sería interesante saber en que época del año se puede ir con menos gente o perfectamente ir de madrugada, como hice una vez con el Coliseo Romano donde pasé afuera de allí a las 4 de la mañana, después de una noche de fiestas, no había nadie y estaba todo iluminado y desocupado, perfecto para uno. En Pisa también puedes encontrar muchos locales de refrescantes cervezas de litro para sofocar el calor del verano, que en ese momento nos azotaba con 38°. Hay muchos puestos de venta de "recuerdo de Pisa", llaveros con torres y cosas varias. Otra cosa que se puede recorrer en Pisa es la Iglesia de la Espina, es fácil llegar desde la estación Pisa Centrale hacia la torre. La iglesia básicamente, es una pequeña construcción gótica, parece una capilla en miniatura, que según la leyenda, contiene un trozo de la corona de espinas que usó Jesús.
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Iglesia de la Espina |
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El rio Arno y Iglesia de la Espina |
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La Plaza de los Milagros, el Duomo y la Torre |
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Callejuelas de Prato |
Luego volvimos a Prato y nos dedicamos a esta ciudad, una especie de minimotor económico de Florencia, donde se venden botas, helados, zapatos y carteras. Nos dedicamos a caminar con mi amiga anfitriona, ella siendo local de esta pequeña ciudad, mostrándonos unos castillos y fortalezas escondidas por los pasillos y callejuelas de Plato. Luego en la noche fuimos a Francesco, pareja de América, que nos llevaron a cenar en un restaurant escondido a unos 20 minutos de Comeana, me gustaría recordar el nombre del lugar porque estaba escondido en el camino, pero da la sensación que siempre es rico comer en la Toscana. Al terminar tomamos el vehículo Fiat con forma de huevito de América y terminamos rematando la noche en un bar irlandés y actualizando las vidas. Al otro día debíamos seguir recorriendo, por ende nos levantamos temprano, fuimos por unos cafés y nos animamos a recorrer Poiggio de Caiano y la fabrica de reciclaje de telas, lugar de trabajo de mi pareja de amigos.
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América y la fábrica de reciclajes |
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La familia de los anfitriones |
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Poggio a Caiano |
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Casa Medici |
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Casa Medici |
Nos dedicamos a recorrer en vehículo la Toscana, fuimos a todos los pueblos que alcanzábamos, comenzando con la fabrica de los papas de Francesco, en Poggio a Caiano, cuyo nombre me resultaba demasiado entretenido. Seguimos con Artimino, Vinci, Carmignano y un enorme etcetera de lugares. Recomendación, ir a recorrer este lugar arrendando un vehículo, porque la distribución de los caseríos es demasiado enredada para hacerla con un transporte público, recordemos que es una zona casi rural dentro de la toscana. El lugar es lindo, las fotos hablan por si solas y no puedo decir nada de las comidas y los vinos, que eran pan de cada día. Ojo que con vehículos me refiero a cualquiera, quizás hasta una bicicleta sea ideal.
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El "bólido" |
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Recuerdo el nombre del lugar y sus buenos vinos |
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La casa de las mil chimeneas |
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Desde los esconditos en la Toscana |
Ya era el último dia, con mucha pena había que despedirse, con la promesa de volver. Terminamos almorzando en un Restaurant llamado
"La Vinsantaia di Capezzana", con una terraza con vista a un enorme valle de viñas y olivos, el lugar, genial. Le pasamos las cosas que la mamá de América nos había enviado desde Chile, un par de vinos y un aventón a Florencia, el trip debía continuar hacía adelante, la capital nos esperaba para un sábado en la noche.
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Siguiente parada, Firenze |
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