sábado, 2 de mayo de 2015

Hamburgo, tierra de piratas

Julio, 2014.

La Liga Hanseánica, no olviden ese nombre, una unión de gremios (Hansa, en alemán) creada por el año 1300, para hacer frente a los ataques de los piratas que azotaban a las ciudades costeras del Mar del Norte, desde la Edad Vikinga. A pesar de que Hamburgo había sido fundada por el año 800, era un simple caserío de unas decenas de construcciones. Cuano el desarrollo de la Liga Hanseánica se empezó a manifestar, esta entidad gremial observó el potencial de Hamburgo, su estratégica posición a unos 60 kilómetros de la desembocadura por el río Elba, le daban las características ideales para ser una ciudad portuaria. Hamburgo eso es, un puerto histórico, el segundo con más tráfico de Europa, un lugar lleno de historias, de piratas, de invasiones, de bombardeos, porque claro, el que haya sido el puerto más grande del Sacro Imperio Romano Germánico y de Alemania, fue una consideración que tuvieron los aliados en la II Guerra Mundial para lanzar tantas bombas que hasta el día de hoy no han podido ser contabilizadas y provocar más de 50.000 civiles muertos. En Hamburgo se respira historia y conmemoración en todas sus esquinas y nos dedicaríamos a descubrirlas en los días que estaríamos en la ciudad.

Volando rumbo a Hamburgo

Una foto del recuerdo de Hamburgo 2012
Pero bueno, volvamos a "nuestra" historia, ya habrá tiempo para hablar de la historia de la ciudad. Había viajado a Hamburgo el 2012, por motivo del festival Wacken Open Air que se hizo ese año. Esa vez le dediqué poco tiempo a la ciudad, más tiempo fue de andar de fiesta, aunque no me arrepiento, creo que podría haberle dado más tiempo a la ciudad. Ahora en 2014, tenía esa ventaja de conocer las distancias, los tiempos y los lugares que debería conocer, dándole una oportunidad para tener el cotizado "día turístico". Llegamos a Flughafen de Hamburgo a media tarde, provenientes desde Venecia, Italia. Uno admira a los Alemanes por muchas cosas, pero cuando uno llega a tierras germanas, esto cada vez se destaca más y los empiezas a admirar por detalles.

Después de buscar el cortauñas.
Comenzamos a admirar a Alemania al llegar, por ejemplo en la fluidez de los tramites en el gran aeropuerto de Hamburgo, el tener todo fríamente calculado en sus tiempos, por ejemplo, cargados con nuestros bolsos logramos ubicar rápidamente la entrada al metro que conecta la ciudad con el aeropuerto, luego caminar un poco, abordar el tren y en unos 30 minutos, ya estábamos en la entrada de nuestro hostal. Había pasado una hora desde que habíamos aterrizado y ya teníamos nuestras maletas desarmadas en el A&O Hostel del barrio de Reeperbahn, lejos de los tramites y el estrés de llegar a un lugar nuevo, acá todo era rapidez y eficiencia. Estábamos esperando a unos amigos en el hostal, era la previa del Wacken Open Air 2014, el motivo de nuestra parada en Hamburgo, ahora con un poco más de días, le íbamos a dar un tiempo a la ciudad para conocerla en detalle. Entonces aprovechamos de ir al supermercado local a comprar algunos artículos que necesitábamos, como un cortauñas o un jabón líquido neutro, todo un desafío para los que no sabemos alemán y veíamos las vitrinas del supermercado sólo en lengua local.

Como entrenar a tu dragón, en idioma local.
Una vez salido de esto, fuimos a esperar a nuestros amigos en el Night Light, un bar que conocimos el 2012 y que era el punto previo para reunir a los "chascones" que iban al festival. Rumbo al bar, cruzamos todo Reeperbahn, un barrio que está impregnado a sexo, fiestas, bares, pubs, discos y todo lo que a uno se le ocurra que pueda ser pecaminoso y te pueda condenar al infierno. Fuertes luces de neón y llamativos avisos que invitaban a entrar a los locales, entretenido para quienes no estamos habituados a esto en nuestro conservador país. No era necesario encontrar chilenos, porque aparecían solos y el acento se hace llamativo, así que comenzamos a beber unas birras en la calle del bar, el cual no daba abasto para soportar las decenas de personas que hacíamos la previa para ir al festival de Wacken, muchos connacionales, pero también muchos mexicanos, brasileños, gringos, ingleses, escandinavos y de donde se te ocurra había alguien, cada uno contaba su experiencia de como llegaron ahí, con esto tenías historias para varias horas. Avanzaba la noche de fiesta y llegaron mis amigos, los abrazos de rigor y las múltiples cervezas que eran consumidas en las calles de Reeperbahn. En las esquinas, las prostitutas caucásicas y eslavas te invitaban a ser sus clientes, no estaba interesado, supongo, pero me acerqué a salir de varias dudas practicas que tenía:  €50 euros el servicio básico de sexo oral, desde ahí los precios se incrementan para los interesados en algo más, se debe negociar todo, hasta la posición que quieres o si quieres tocar una pechuga, porque cualquier servicio extra se cobra. Resueltas estas practicas dudas para el turista, nos dimos cuenta que eramos los últimos en cerrar el bar, hace años que no cerraba un bar y Reeperbahn tenía los honores.


El espantapájaros.
Limpiando vidrios a los vehículos que circulaban
Todos a la foto, había mucho alcohol.

Fritz Cola!
Al día siguiente, con una discreta resaca, pero no tanto como imaginaba después de la litrera de cerveza que habíamos consumido, en algo se nota la calidad de la pilsen. Nos armamos para ver el barrio de día y consumir un almuerzo típico alemán, que está compuesto por comida turca,  no es chiste, si ustedes piensan que en Chile tenemos mucho inmigrante peruano o chino, en Alemania los turcos son una mayoría, encuentras fácilmente comida de esos lados del mundo, pero es lo más barato para comer así que no sería raro saciar nuestra hambre a punta de falafel o kebab al plato, acompañado claramente por Fritz Cola, porque estábamos en Alemania y el gigante americano de la bebida cola, acá no aparece. Cambiaba el barrio de día, pero se notaba que nunca descansaba, Hamburgo es el lugar donde los alemanes de otras ciudades van de fiesta. Pero bien, era momento de ir al Free Tour de Sandemanparecíamos ya clientes habituales con esta cadena y el tour fue de maravillas. Nos embarcamos con toda la patota que iba al festival y partimos al ayuntamiento de Hamburgo. En el principio del relato de Antonio, aparece un nombre clave, Klaus Stötebeker, pirata del siglo XIV con una cercana relación con la Liga Hanseánica, mencionada al inicio de este relato, todo un personaje histórico dentro de Hamburgo, que repartía el botín en partes iguales y que tiene un mito de que caminó sin cabeza cuando fue decapitado en su captura, toda una novela que debería ser escuchada en este tour. Una increíble coincidencia que se le rinda homenaje en el Siglo XXI con una de mis cervezas favorita, la Stötebeker. 


La cerveza le rinde honor a Stotebeker (www.google.com)



El dolor de la guerra
Aprendimos también la eterna disputa de Hamburgo con su vecina Bremen. El origen del escudo de armas de Bremen, que tiene una directa relación con el logo de una de las marcas más famosas del mundo cervecero, Becks. Dentro del recorrido, apareció el escudo de Chile en la fachada de un edificio enorme. No era la embajada o el consulado, sino era "Chile Haus", la casa dedicada a nuestro país. Este edificio construido por los años 20 con la fortuna que algunos empresarios alemanes hicieron con el salitre en Chile. La Chilehaus es también, uno de los metros cuadrados más caros de Alemania y eso es mucho decir,  recordemos que la ciudad puerta norte de Alemania, es una de las más caras de Europa. Después de iniciar el recorrido en el ayuntamiento, caminar por unas iglesias luteranas con libertad para todos los cultos cristianos,  de escuchar unas fuertes historias sobre los bombardeos que sufrió la ciudad en la II guerra mundial, de oir unas entretenidas leyendas sobre los incendios que azotaron la ciudad puerto, luego ver como en toda la ciudad se hace memoria de todos estos hechos históricos y después de una multitud de historias brindadas por Antonio, destacable anfitrión del tour, finalizamos muy cerca de una zona de diques.


El ayuntamiento de Hamburgo, una especie de humilde alcaldia


ChileHaus y su forma de buque.
Fachada interna
Fachada de los edificios

El público del tour
Parada al supermercado
Ciudad portuaria y sus canales
El barco de Bilbo

Era momento de descansar, pero no por mucho, porque dijimos que estábamos en los diques. Aqui estábamos cerca de muchos museos que existen en Hamburgo, y de todos estos museos, había uno al que íbamos a entrar de todas maneras, el Miniatur Wunderland, el museo de miniatura, toda una replica de ciudades e historia, en formato pequeño, aeropuertos, edificios, puentes, ciudades, nieve y todo lo que se te ocurra en un mismo lugar, todo un paraíso para los ñoños como nosotros, lugar donde estuvimos fácil unas 2 a 3 horas. 
Replica en miniatura de un festival

Replica en miniatura de un parque de diversiones
Un giño a Las Vegas
La replica del aeropuerto de Hamburgo
Replicas de invierno
Detalles de la ciudad

Terminamos el día a la orilla del "Binnelralster", bebiendo unas cervezas enlatadas que eran retiradas por los mendigos de la ciudad, los homeless, que en vez de pedirte dinero, te pidan las latas vacías para poder reciclarlas y obtener dinero de estas, porque claro, en Alemania nada se desperdicia incluso el trabajo de un mendigo. Luego de esto, nos devolvimos caminando pasando por Laeiszhalle, un teatro que colinda por un tremendo parque, un punto fuera de los circuitos turísticos, por el cual emprendimos rumbo hasta llegar a Reeperbahn.


Hamburgo
Una vuelta en bote a orillas de Hamburgo
Estacionamiento de barcos
"Mientras existan gansos en Hamburgo, habrá riqueza"
(Está prohibido por ley insultarlos)
Außenalster
El teatro de Gammaray
Las chiquillas entrenando
Efectos del alcohol
El Hamburgo no turístico

Antes de arribar a Reeperbahn, nos encontramos con el Hamburg Dom, un parque de diversiones itinerantes, una especie de Fantasilandia, pero alemán. Una vuelta para conocer el lugar y un ticket para el Gladiator, una especie de Kamikaze de varias decenas de metros de altura, impresionante, nunca había gritado tanto en un juego, me llegaba a dar vergüenza al bajarme, pero después de ver los vídeos del Gladiator llegaba a entender de que era algo que había que hacer. 


El parque
Después de subirse a esta cosa
Los atractivos del parque
La rueda
Hamburg Dom
El carrito de comida
Volvíamos a Reeperbahn, arribaban Berni y Cesar, la última pareja de amigos antes de partir al día siguiente a Wacken, un poco de actualizar vidas y organizar las últimas compras para viajar al festival. Aprovechamos de ir por unas típicas salchichas, que estaban bien condimentadas, pero que eran geniales, el local rápido típico alemán, que sería nuestro equivalente con nuestros carritos de completos.. Al día siguiente nos levantamos temprano y fuimos a la estación central, la maravilla de la ingeniería alemana, donde llegaban los trenes para conectarse con todo el país y el continente. Después de una dificultosa ubicación de nuestro tren y de la forma de combinar la ciudad de Hamburgo con Itzthoe, nos íbamos al festival, llenos de bolsos para disfrutar de una semana de música. Acá en el trayecto nos empezábamos a encontrar con más gente que iba al festival, hasta que finalmente los vagones del tren estaban con gente que solamente iba rumbo al Wacken, nuestra próxima parada.

La estación central
Rumbo a Itzhoe
Hauptbahnhof
¿Donde alojar?
A&O Reeperbahn fue nuestro lugar elegido, grande, una especie de Hostal pero con infraestructura de hotel, en pleno centro del Reeperbahn, con desayuno y un bar con heladas cervezas en su interior. Lo malo, el wifi nunca funcionó, solo te podías conectar desde el hall.
El 2012 alojamos en KiezBude, acá el internet funcionaba bien, era un hostal mucho más pequeño ambientado en una casa de putas, con simbologia sexual en todo su interior. El lugar fue bueno y cómodo, pero no elegimos el mismo porque su administrador estaba medio loco.

¿Que recorrer?
Reeperbahn, ayuntamiento y el FreeTour te da los tips necesarios para recorrer la ciudad en mediodía.

¿Vale la pena? 
Claramente, el 2012 había ido a Hamburgo pero siento que ahora aproveché mejor el viaje, la ciudad podría compararse con Amsterdam, pero tiene sus características más propias. Será detención obligada para quienes viajen al festival que mencioné, pero la ciudad tiene varios detalles que había omitido la vez anterior. Conviene viajar y yo creo que si tuviera la posibilidad, volvería a ir a Hamburgo.

Era todo, dejábamos atrás las historias de mujeres de la calle y los piratas, pues nos íbamos a nuestro festival de gente chascona que beber cerveza, volveríamos a Hamburgo luego del festival, pero solamente una noche, porque luego del Wacken, nos íbamos a Berlin, pero esa será otra historia.

El taxi del diablo

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